INT. BAR. NOCHE.
Antonio, parado en el escenario de un pequeño bar de la ciudad y sosteniendo en su mano un micrófono con olor a cerveza mientras canta con lágrimas en sus ojos.
ANTONIO (cantando): Quiero que se oiga mi llanto como me dolió perderte después de quererte tanto.
Los amigos taxistas de Antonio cantan desde una mesa al unisono y siguiendo el ritmo de la canción mientras alzan sus tarros y latas de cerveza en lo alto.
Antonio (todavía cantando) Después de quererla tanto diosito dame consuelo para sacarme de adentro esto que me esta matando.
Conforme la canción va terminando, Antonio gira hacia arriba del bar, como tratando de ver a través del techo en busca del alma de su hija en el paraíso.
Antonio(suspirando) Te quiero.
Conforme se acerca a la mesa en la que están sentados sus amigos, Antonio se va secando las lagrimas de sus ojos con el cuello de su camisa tipo polo.
Amigo 1: ¡Eso fue hermoso, compadre! Estoy seguro que su hija lo está escuchando desde allá arriba.
Amigo 2: Seguro que sí. A lo mejor lo esta viendo abrazada de su señora esposa.
Antonio: Sí. Tal vez. Aunque lo que mas me duele es que no se como voy a cumplir el deseo de mi hija de cuidar a Beto. El chamaco no me habla, ni me dirige la mirada. Lo único que hace es estar en la calle, y cuando vuelve de la escuela no se despega de su “i-fon” (pronunciando mal Iphone.
Amigo 2: No empiece a decir pendejadas. ¿Qué es usted, compadre?
Antonio: Pos´taxista, compadre.
Amigo 2: No sea tarugo. O sea, sí. Pero antes que nada usted es un hombre. ¿O no lo es?
Antonio: No, pos´ sí compadre. Usted tiene razón.
Amigo 2: ¿Y qué hace un hombre, compadre?
Antonio: No, pos muchas cosas. Pero no sé a cuál de todas ellas se refiere, compadre.
Amigo 2: Sí, hace muchas cosas. Pero antes que nada lo que hace un hombre es que...
Hace una pausa, mientras trata de ordenar sus ideas. Los otros dos hombres esperan expectantes a que termine la oración
Amigo 2: ... un hombre provee. Y lo hace incluso cuando no es apreciado, ni respetado, ni siquiera amado. Él simplemente soporta y lo hace. Porque es un hombre. Así que déjese de tonterías y agárrese bien los cojones y póngase a trabajar y a conseguir el dinero que necesita para darle a ese chamaco lo que necesite.
Amigo 1: ¡Órale! Pos´ tiene razón el compadre. No podría haberle dicho algo mejor, mi buen Antonio.
Antonio: Pero... ¿Cómo le voy a dar al chamaco lo que necesite si apenas y me alcanzaba para comer antes de que llegara?
Amigo 2: Pos´ piénsele. Yo solo soy bueno dando palabras de aliento. A mí no me venga a pedir ideas.
Los tres hombres guardan silenco, ponen caras serias y se frotan los mentones pensando.
Amigo 1: