LEO vive en un edificio, encontrado en la col. Santa María en la Ciudad de México desde hace 30 años, el tiene 60, no tiene familia ni muchos amigos, al lado de su casa hay una tienda en la que venden celulares, la tienda es atendida por una tailandesa de 40 años, cuando LEO sale de su casa, voltea hacia la tienda, la tailandesa siempre lo mira pero nunca se han saludado, LEO siente miedo cuando pasa.
LEO generalmente goza de buena salud pero últimamente tiene mala memoria, no recuerda muy bien lo que hizo ayer o se le olvida cerrar la puerta de su casa, cuando llega cree que alguien le ha robado pero nunca ha sentido que le falte algo. Últimamente LEO mira mucho por su ventana, movió una silla frente a la ventana para poder pasar ahí el tiempo, la sustituyó por la televisión porque la tele le daba migrañas, veía destellos y le cegaban por un momento la vista.
Uno de los días que miraba por la ventana se percató que el edificio que estaba enfrente no se parecía a los demás que se encontraban en la cuadra, era muy pequeño comparado con todas las viviendas, observando se dio cuenta que las personas salían paulatinamente pero no veía cuando entraban, pensó que tal vez habían entrado más temprano. Al día siguiente se levantó a las 5:00 de la mañana pero no pudo ver a las personas entrar al pequeño edificio, todos los días mira por la ventana pero nunca ha visto a las personas entrar, se visten como si trabajaran en oficinas, pero tendrían que ser muy pequeñas para que toda la gente que sale trabajara en ese lugar, LEO quería contarle a alguien pero no sabía a quién, pensó en su vecino, él podría mirar también por su ventana y darse cuenta de lo que LEO decía.