Laura es una mujer hecha “a la antigüita”. Siempre usa faldas rectas, que le llegan abajo de la rodilla, y blusas en colores duraznos y rosas, que dejan mucho a la imaginación. Su vida es rutinaria. Siempre se levanta a la misma hora; desayuna avena con fruta; acaricia a Peluche, su apático gato; y sale hacia su trabajo para llegar puntualísima.
Durante los últimos 20 años, Laura ha trabajado como jefa de secretarias en el Corporativo Lazo y Ramírez, además de como asistente personal de su jefe, el Lic. Lazo. Este corporativo es dueño de varias de las plazas comerciales en el Centro Histórico de la Ciudad de México, entre otros negocios. A pesar de que Laura se ha caracterizado por su discreción, lealtad y eficiencia, no ha podido reprimir del todo la fuerte atracción que siente por su jefe.