ENCUADRE 1
El pesar al caminar de la mujer tal vez se deba a una fatiga física y emocional. Avanzar se vuelve más denso porque la mujer carga todos los pesares de su experiencia de vida: un matrimonio fallido, la muerte de la madre y el padre, la desilusión y desesperación de ver en su hija una vida repetirse en su cotidianidad sin ningún atisbo de algo diferente e incluso mejor. Su mirada cansada denota una derrota casi absoluta, como si no quisiera continuar el camino pero la inercia de la vida es la que la hace seguir. El andar de la mujer es reflejo de un cansancio existencial. La mujer se ha cansado de vivir. La vida es mecánica y sólo el continuum es lo que prevalece. La mujer del paso quejumbroso se llama Hortensia. Ella nació en Hidalgo pero ha vivido en la ciudad de México por casi dos años. Tiene 47 años, se casó y tuvo una hija, pero su esposo no la valoró, aunque no la golpeaba, la agredía con ofensas hasta que decidió abandonarlas a ambas. Sus padres estuvieron enfermos mucho tiempo y ella como hija única los cuidó hasta la muerte, primero de su padre y luego de su madre, con ésta última, Hortensia resintió el paso de los años y de una vida notoriamente gris. Hortensia y su hija se mudaron a la ciudad luego de que sus padres fallecieron, se alojan en un pequeño cuarto con baño y cocina en la colonia Guerrero, el cual rentan a la semana pues los ingresos son limitados. Es una mujer muy solitaria. Como madre, Hortensia es muy dedicada a su hija Monserrat, quien tiene 16 años y debido al traslado de Hidalgo a la ciudad, no ha ingresado al bachillerato, sólo ha concluido su secundaria, aunque es responsable, no es muy entusiasta y al igual que su madre es callada y solitaria. Hortensia no pudo estudiar mucho en su juventud por los padecimientos de sus padres pero sabe muy bien leer y escribir, además es muy hábil con las cuentas. Cuando fue joven, antes de casarse, leía muchos cuentos y llegó a escribir algunos. Llegó a participar en su comunidad, allá en Hidalgo, como cuentacuentos, lo que le producía mucha alegría y optimismo. Pero con el paso de los años, los malos tratos y las pérdidas, materiales y afectivas, poco a poco le han ido robado el deseo por ese hábito.
Cuando Hortensia y Monserrat llegaron a la ciudad, un pretendiente de la juventud de Hortensia de nombre Ignacio, las ayudó a ella y su hija a encontrar un lugar para vivir y un empleo. Aunque ellas ignoran a qué se dedica él, Hortensia confía en Ignacio, quien la estima, aunque ya sin el deseo de juventud.
Luego de instalarse, Hortensia comenzó a trabajar en una tienda de ropa donde debe limpiar y acomodar la mercancía, con lo que gana puede pagar la renta y la comida de ella y su hija, pero a penas le alcanza, por eso mismo, no ha podido inscribir a Monserrat a una escuela.
ENCUADRE 2
La mujer de la bici tiene una historia frecuente. Es una joven que tiene una madre soltera y un hermano menor al cual ella tiene que recoger en la escuela. Por eso anda en bici y sin preocuparse por dónde. Las 4 mujeres son famila. Las dos mujeres mayores son madre e hija. La mujer más joven es la madre de las 2 pequeñas que las acompañan. Son mujeres despreocupadas. Por eso no les importa que las pequeñas vayan tras ellas en una ciudad tan peligrosa y fascinante como CDMX. Han ido al centro para comprar cosas para el festejo de una de las niñas: quizá una comunión o unos tres años, deben ser Por ello católicas. Este interés por festejar a una de las pequeñas contrasta con el descuido en su andar. Tal vez se debe a que no fue un embarazo muy bienvenido. Quizá no fue el momento oportuno y mucho menos si sus ingresos son limotados. Aunque np tanto pues van a echar la casa por la ventana para celebrar algo que tal vez ni creen con devoción, sólo por costumbre. Como el hecho de que una mujer tenga hijos para poder realizarse. Finalmente las últimas dos mujeres. Madre e hija. No tienen buena relación. Ss rostros miran hacia abajo y no se comunican entre ellas. Tal vez el carácter más conservador de la madre choca con la aspiración a libertad adolescente de la hija cuyo lema es: hago lo que quiero cuando quiero. Hasta que mamá me mande. Los hombres efímeros que pasan son un padre y su hijo. Hay un lazo entre ellos. Lo sujeta de la mano porque conoce la inseguridad de la ciudad, del espacio que transitan.
La mujer de la bici se llama Joana. Tiene 23 años y concluyó su bachillerato. Le gusta mucho el deporte y le gustaría estudiar algo así pero debido a su sitiaicon familiar no tiene el tiempo ni los recursos. Trabaja medio tiempo en una empacadora. Su hermano menor tiene 12 años y entró a la secundaria. Su madre tiene 48 años y es secretaria en una clínica privada. Trabaja de 9 a 6 de la tarde en la zona sur de la ciudad pero ellos viven en el centro de la ciudad. El trabajo de Joana está muy cerca del centro así que se mueve con frecuencia en su bici. Joana no tiene pareja pero salió hace poco de una relación de muchos años porque su pareja consumía drogas y a ella eso no le gustó así que se está dando un tiempo para ella.
ENCUADRE 3
La joven tomó su tiempo para arreglarse. Quizá tuvo o tiene una cita con alguna amiga, amigo o alguien que le atrae. Por eso su andar y gestos son relajados sin ser pesados. Luce serena. Su vida, pese a la ciudad y sus males, es una vida satisfactoria. No tiene hijos aunque quizá sí una familia que la proteja y la espera. Que la quiere.
ENCUADRE 4
Esta mujer madura quizá pertenece a un estrato económico limitado porque la ropa que lleva le queda grande. O quizá padece algún mal que la hace lucir muy delgada y algo pálida. Debe ser una mujer muy fría porque se distancia de las personas y evita hacer contacto. Tal vez sufre o sufrió mucho a lo largo de su vida. Tal vez no tenga hijos pero quizá sí una madre que está muy enferma y ella debe cuidarla. Eso la fatiga y harta.